MEXICO, DF -- Esta historia entrelaza el tenis con el amor, y comenzó hace dos años y medio, en París. Con poco más de 14 años cada uno, el inglés Oliver Golding y la mexicana Carolina Betancourt se conocieron durante una gira junior, e iniciaron su noviazgo. La relación se fortaleció con el tiempo, hasta que en septiembre de 2010 Golding decidió mudarse a San Luis Potosí, 400 kilómetros al norte del Distrito Federal, para estar más cerca de su pareja.
Lo curioso es que Oliver, quien desde hoy es el 4to mejor junior del mundo, también tomó la decisión de dejar atrás sus nexos con los coaches de la Lawn Tennis Association (la federación británica) y reiniciar su vida tenística junto a dos entrenadores latinos: el argentino Gustavo Perino y el mexicano Juan Carlos Baca.
"Tomé la decisión de mudarme a San Luis Potosí por mi novia, pero también porque estaba teniendo problemas con mi tenis en Inglaterra", cuenta Oliver, quien este domingo perdió la final de la Copa Casablanca, el torneo junior Grado A (similar en importancia a los Grand Slams juveniles) que se disputa en el Club Casablanca Satélite. "En mi país hay mucha presión sobre los jugadores. Es obvio que están desesperados por tener otro campeón, y yo espero poder lograrlo. Pero creo que es mejor estar alejado de esa presión".
Los últimos resultados de Golding han sido positivos. Además de la final en Casablanca, donde llegó como el máximo sembrado, alcanzó también el partido decisivo en el tradicional torneo Eddie Herr, y en el Future de Durango derrotó al mexicano Daniel Garza (454 de ATP) para arribar hasta 4tos de final. "Todo esto lo conseguí trabajando con mis coaches actuales", afirma Oliver, reforzando su determinación de escoger a Perino y Baca. Pero la realidad es que no fue fácil para pupilo y entrenadores cortar los lazos con Inglaterra y la LTA.
"Cuando Oliver se vino a México, tanto su manager como su madre no estaban convencidas", explica Baca, entrenador del Club Deportivo Potosino. Fue necesario un viaje de Sandra Golding (quien, como Judy Murray, también fue coach de su hijo) a San Luis Potosí para que el proyecto recibiera su visto bueno. Como Oliver recibe apoyo de la LTA, integrando inclusive el Equipo Aegon, la federación británica también debió bendecir el cambio. "Gente de la federación viajó a Florida y durante el Orange Bowl tuvieron charlas con mis entrenadores", dice Golding, quien habla perfecto castellano y tiene un reconocido pasado como niño-actor.
Ya con la luz verde, Oliver aspira en 2011 a convertirse en el número 1 junior del mundo, y a ganar al menos un Grand Slam juvenil. El camino para conseguirlo está absolutamente definido: "Pienso seguir trabajando con Gustavo y Juan Carlos, en San Luis Potosí. Hasta donde yo sé, no hay ningún impedimento y todo está arreglado con la federación británica".
El muchacho del saque y el drive poderosos reconoce que la vida en México es más simple para él. "La gente aquí es mucho más relajada, son mucho más divertidos. Me encanta la comida. La arrachera es mi favorita. Y cuando estoy en San Luis, siempre trato de ir a ver a los Gladiadores (el equipo de Primera División del futbol mexicano que tiene la ciudad)". Ahora, hasta le pone salsa picante a los platillos. Y si bien aún no piensa en formalizar con Carolina (819ª de WTA) , su vida de amor y tenis seguirá escribiéndose de este lado del Atlántico. En México, su nueva casa.