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Deserciones no van a parar, Martínez

Cuatro han sido las bajas de la selección de Cuba que jugará en cuartos ante Estados Unidos. Getty Images

Ariel Martínez simplemente enmudeció. Para completar el cuadro hubiera querido estar frente a él cuando mencioné a través del celular que en la trasmisión del partido Cuba vs. Guatemala el búlgaro Hristo Stoichkov dijo: "ese muchacho puede jugar en cualquier liga de Latinoamérica".

Para un mortal de un país con tradición futbolística la opinión del mítico ariete, pieza fundamental en el Dream Team del Barcelona de principios de la década del 90', no pasaría de ser un gran cumplido.

En cambio, para un jugador cubano, que vive a la sombra del béisbol, el boxeo y un sinnúmero de deportes, esas palabras son más que el nirvana. Por eso era presumible que Ariel apenas atinara a balbucear: "dijo eso..., de verdad que dijo eso".

A los 29 años recién cumplidos y con alrededor de 50 partidos internacionales defendiendo la camiseta de la selección nacional de Cuba, Ariel Martínez acaba de realizar la gambeta más difícil de su vida.

Después de guiar a su equipo a la victoria 1-0 sobre Guatemala y colocarlo en la fase de cuartos de final de la Copa de Oro 2015, decidió marcharse de la concentración para perseguir su sueño de ser jugador profesional.

"Mi objetivo era ese, calificarlos y después de calificarlos venir a cumplir mi sueño", dijo el futbolista que está convencido que le queda combustible para sobresalir. "Quiero jugar en la MLS, darme a conocer. Explotar las posibilidades que tengo, la que muchos técnicos de otros clubes y otros países me han dicho".

Martínez contó que cuando tres de sus compañeros de equipo decidieron abandonar la delegación se sintió muy triste, pero estaba enfocado en lo que quería: "yo tenía un objetivo que era clasificar con 13, 11 o nueve jugadores. Era mi objetivo para después emprender mi camino y empezar una vida nueva aquí en los Estados Unidos".

Por sus palabras quedó claro que no les guarda el más mínimo rencor a Keiler García, Arael Argüellez y Darío Suárez. Todo lo contrario. "Estén tranquilos, que aquí hay un amigo para lo que sea y pa'lante. Traten de hacer sus papeles y seguir el camino que quisieron escoger".

Ariel dejó atrás a su madre, su abuela y tres hermanos. Estando en Cuba les consultó y estuvieron de acuerdo con su decisión, aunque ahora mismo no tiene idea de cuándo volverá a verlos. El gobierno de la Isla prohíbe el regreso en ocho años a todos aquellos que abandonen una misión o delegación oficial.

El ex delantero del equipo de Sancti Spíritus explicó que no le dejaron otra alternativa. La nueva política de contratación de atletas por clubes extranjeros había abierto la posibilidad de cumplir su meta. De hecho, ya el Ponte Preta de Brasil y otros equipos habían mostrado interés en sus servicios, pero siempre encontraba las evasivas de los federativos por respuestas.

"Me dijeron (las autoridades de la Federación Cubana) que sí; que el mes que viene, que de aquí a dos meses, que tres meses. Pasó un año y nada... entonces tomé la decisión y me dije 'no puedo seguir esperando'", recordó.

Por experiencia personal Martínez remarcó que las autoridades del fútbol en Cuba no están preparadas para dejar que los jugadores se desempeñen en clubes de otras naciones. "Falta mucho para eso, creo que ellos no están preparados para cumplir ese rol y mientras tanto van a tener a la gente así...hablándoles, engañándolos".

Explicó que lo mismo sucede con la famosa cancha que debió construirse con el dinero que entregó la FIFA como parte del proyecto Gol. "Decían 'en un mes, dos meses, en tres meses se va abrir' pero todo se quedaba en palabras. Prometían, prometían y todo se queda en palabras. Vamos a hacer esto, vamos a hacer lo otro y nada. No veíamos avances por eso es que muchos compañeros toman la decisión de desertar".

"Sí, eso (las deserciones) no va parar. Hay muchos futbolistas que quieren hacer su vida, quieren jugar futbol que es lo que saben y en el más alto nivel, pero en Cuba no está", subrayó. "Lo único que le pedimos (a los federativos) es jugar internacionalmente. Que nos dejen superarnos, que nos dejen relacionarnos y que nos dejen aprender del fútbol internacional que es el que está en las ligas".

Sobre sus pasos inmediatos comentó que tratará de conseguir el parole (legalizar su presencia en EUA) y el permiso de trabajo para insertarme rápido en algún club: "con un parole puede ser que la semana que viene o la otra ya esté jugando en la MLS. Hay proposiciones pero debo reservármelas", apuntó el delantero que asegura que quiere poner bien en alto el nombre de Cuba y Sancti Spíritus.

Durante el diálogo, Ariel quiso mandarle un mensaje de apoyo a sus compañeros que mañana sábado enfrentarán a Estados Unidos en cuartos de final: "lo único que yo les pido y deseo es que no dejen de combatir. Sé que van súper dificilísimo, pero bueno, el cubano siempre se ha caracterizado por tener valor y decisión y eso es lo que hace falta en la cancha".

Ante la interrogante sobre qué necesita Cuba para volver a llegar a un Mundial dijo: "lo primero es jugar internacionalmente. Jugar en clubes, aprender en los más altos niveles. Eso no se gana en Cuba. Solamente jugamos un campeonato de 16 partidos y después vamos a la selección y lo que hacemos es entrenar. Así no se puede aprender".