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Reverencia a Pedro, sueña con Cuba

"Cada trecho recorrido enriquece al peregrino y lo acerca un poco más a hacer realidad sus sueños".
                                                                                             Paulo Coelho


NUEVA YORK -- A Yonder Alonso, ahora mismo, no le ha pasado por la mente el final de su carrera. Simplemente disfruta cada juego. El cubano de 28 años es uno de esos privilegiados que su trabajo, a la misma vez, es la pasión que le hacía soñar desde que era pequeño en las calurosas y húmedas noches habaneras.

Pero en días recientes, aquel niño de 10 años, que dejó atrás a sus amigos, la escuela, el barrio y parte de la familia para iniciar una aventura en los Estados Unidos junto a su padre, el entrenador Luis Alonso, ha pensado -e infiero que muchos otros latinos como él también- en cómo sería cerrar su carrera con los méritos para que su nombre tenga un espacio en Cooperstown, la casa de los inmortales del béisbol.

No hay que ir muy lejos ni tampoco ser adivino para saber quién es el culpable de que Yonder y muchos peloteros latinos estén pensando no solo en el hoy, sino también en el mañana... en su legado.

El culpable es el exlanzador Pedro Martínez.

Y es que Don Pedro acaba de ser el segundo dominicano -después de Juan Marichal- inducido al Salón de la Fama y su número 45 retirado de la franquicia de los Medias Rojas de Boston, con la cual ganó la Serie Mundial de 2004, obtuvo 117 victorias (de un total de 219) y mereció dos (1999-2000) de los tres (1997) premios Cy Young que consiguió en una carrera de 18 temporadas en la Gran Carpa.

"Para mí y para todos los latinos estar en Grandes Ligas y llegar al Hall de la Fama es una cosa increíble", dijo el inicialista titular de los Padres de San Diego. "Cuando uno llega a ese nivel, a nivel de Hall of Fame, uno se da cuenta que ha jugado el béisbol por muchos años, pero se da cuenta que lo ha hecho de manera excelente".

En el clubhouse del estadio neoyorquino Citi Field, Yonder confesó que desde que era un imberbe veía lanzar al natural de Manoguayabo y era "algo especial de ver". Y afirmó con cierta tono de alivio, porque él es bateador y sabe del tema, "me imagino que quienes batearon contra él tuvieron turnos bien difíciles".

Continuidad, divino tesoro

Como era de suponer el improvisado diálogo se trasladó de Pedro Martínez a su actual estado de forma. Alonso en esta campaña ha logrado la continuidad que le ha permitido estampar números aceptables: .284 AVE, 369 OBP, 368 OPS y .737 SLG.

"Estoy saludable. Me siento bien, me siento cómodo. Estoy consistentemente en el line up haciendo mi trabajo", comentó tras el primer partido de la serie ante los Mets en Nueva York. "Uno tiene que ser consistente y la única manera de hacerlo es estar en base, coger buenos turnos, ver muchos pitcheos. Coger las bases por bolas cuando me las dan y cuando escoja mi pitcheo, tratar de no fallarlo".

"Mi objetivo personal es seguir con mi juego, seguir compitiendo todos los días. Jugar bien a la defensa y competir en cada uno de mis turnos al bate", explicó el jugador que tiene seis años de experiencia en las mayores.

Cuando faltan más de 60 juegos para que acabe la temporada regular, los Padres se encuentran (al momento de la entrevista) a ocho juegos de distancia del comodín (Piratas de Pittsburgh) de la Liga Nacional.

Respecto a la situación actual del equipo valoró que "estamos jugando bien. El pitcheo lo está haciendo mejor, estamos jugando buena defensa y creo que el bateo va a venir. Ustedes saben que el bateo es difícil pero nosotros seguimos compitiendo".

Acerca de la fecha de cambios y la presión adicional que puede provocar en los jugadores Alonso fue tácito: "yo en lo personal no tengo ninguna respuesta para eso, es algo que no puedo controlar. Creo que cuando uno no controla las cosas, uno no pone demasiado pensamiento, individualmente trato de hacer mi juego. Soy pelotero, no soy negociante, no soy abogado. Mi trabajo es jugar todos los días e ir al 100 por ciento y tratar de hacer lo mejor para mi equipo".

La patria, la tierra... Cuba

Era imposible que entre dos cubanos no saliera a relucir el tema de la Isla. Mi primer lanzamiento, como se dice en el argot beisbolero, estaba cantado. ¿Aceptarías la convocatoria para un equipo Cuba unificado?

"Al cien por ciento. No tengo ni que pensarlo. Eso es lo máximo. Y no para mí solamente, sino que para mi familia también lo es. (...) Si ese chance se da para mí sería un honor y para mi padre sería más que un honor. (...) Jugar pelota usando la camisa del equipo Cuba es algo bien especial", dijo visiblemente emocionado. "Creo que hablo por casi todos los cubanos que están aquí, casi todos piensan igual que yo".

Mientras algunos creen que la solución del conflicto que impide a los cubanos jugar en Grandes Ligas está al doblar de la esquina, y otros tantos permanecen escépticos, el desenlace continúa pendiente a las negociaciones entre La Habana y Washington.

Ya Rob Manfred, comisionado de MLB, ha remarcado que Cuba es una prioridad para las Grandes Ligas. De hecho, en noviembre próximo, es probable que en la capital cubana se reúnan la Federación Cubana de Béisbol y la Asociación de Peloteros de Grandes Ligas, con la presencia como invitados de scouts y agentes de peloteros de las mayores.

"Políticamente yo no sé lo que está pasando. Políticamente estoy en cero. Lo que sé es que si algún día hay un chance de hacer un equipo de todos los cubanos que hay por el mundo, si mi nombre está ahí, entonces sería una cosa especial.

Si mi primer lanzamiento pudo conectarlo fácilmente, al menos en el segundo traté de que no lo viera tan "cómodo". Si tuvieras que escoger algunos nombres que no deberían faltar en un hipotético equipo Cuba unificado ¿quiénes serían?

El toletero con una simple frase dejó en claro que el talento cubano en el mundo entero es inmenso y que mi pitcheo no era tan sencillo como el creyó: "Vamos a estar aquí muchas horas hablando de los peloteros", dijo con una media sonrisa y quizás pensando en el tiempo de descanso que le robaba el intercambio.

Luego con total modestia espetó "si te digo nueve, yo creo que ni me pongo en ese equipo".

Después de pensarlo uno segundos aceptó el reto. "Bueno los pitchers serían Odrisamer Despaigne, (José) Fernández de los Marlins, (José) Abreu en primera. Al mencionar el segundo cojín tomó unos segundos, a todas luces buscaba el mejor candidato. Entonces hizo swing como un relámpago "hasta yo en segunda. Yo juego dondequiera", aunque luego mencionó a (Yulieski) Gourriel como su principal candidato.

En el campocorto su selección fue para Alexei (Ramírez), en tercera volvió a detenerse y recordarme que "hay mucha gente, hay demasiada gente. De hacerse ese equipo Cuba, va ser difícil la selección. Si uno puede escoger 20 peloteros cubanos que están en Grandes Ligas o que están en Cuba, yo doy todo por estar ahí y si hay que apostar, yo apuesto por los míos".

Yonder no completó la novena, pero terminó con un "sería bueno", frase que fue como una especie de reflejo de lo que soñamos miles de cubanos; un equipo histórico que sirva como un paso de avance para que todos los cubanos encuentren una causa común.

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